Busco en Google la palabra productividad y encuentro estos resultados:
“Factor de desempeño” – “Unidad económica” – “Nivel de eficiencia”.
Si la relacionamos con nuestra capacidad de trabajar y obtener resultados, ¿es ésta la mejor manera de definirla? ¿Qué somos? ¿Máquinas a los que nos programan un total de horas, un proceso y se espera un resultado? Ahí radica el problema, los seres humanos malinterpretamos la productividad y su relación con nuestro trabajo.
Por eso cuando me presentan como consultor en productividad en los equipos, las personas casi que de inmediato lo asocian con la idea de tener que trabajar más, para obtener mejores resultados. Pero no hay nada más lejano de la realidad, los humanos no somos máquinas, nosotros podemos usar de manera inteligente los recursos que tenemos para lograr más, haciendo menos.
Es sano partir de una premisa fundamental, nuestra capacidad para trabajar -a diferencia de las máquinas- se alimenta de tres recursos: el tiempo, la atención y la energía. Estos recursos son limitados para nosotros; solo tenemos unas cuantas horas al día (tiempo), nuestro foco no se puede mantener por largos períodos en la misma actividad (atención) y también nos cansamos tanto física como mentalmente (energía). Con lo cual debemos aprender a gestionar estos tres recursos si queremos lograr lo que queremos y necesitamos lograr. Te dejo tres reglas de oro:
Regla #1. Ser productivo está atado al propósito. Si tu propósito en un día cualquiera es, por ejemplo, leer un libro, organizar cajones y ver televisión, ese fue un día productivo. O si el propósito era hacer seguimiento a todo tu equipo y actualizar los informes semanales, ese también fue un día productivo. Debemos dejar de trabajar en automático, de manera reactiva, dejándonos llevar por las ocupaciones. Para ser productivo, debemos tener claridad sobre nuestros objetivos y la manera de medir esos resultados. Si no tienes claro tu propósito como empleado o como emprendedor, es hora de tener una charla.
Regla #2. Ser productivo está atado a lo importante. No necesitamos hacer más, eso no es productividad, necesitamos hacer lo que realmente importa, lo prioritario para nuestros proyectos, nuestros roles o nuestros sueños. Debemos aprender a evaluar cuáles actividades nos impulsan hacia el objetivo (definido en la regla #1) y cuáles no. Y enfocarnos en ellas. ¿Debo hacer seguimiento a mis clientes para aumentar las oportunidades de ventas y así lograr mejores resultados en el trimestre? O ¿debo entrar a la redes sociales y gastar horas deslizando el cursor hacia abajo?
Regla #3. Ser productivo necesita buenas estimaciones. ¿Puedo construir una casa en dos semanas? Depende del tipo de casa, de su ubicación, de su tamaño. Saber estimar y trabajar en sprints en lugar de en maratones es fundamental para cumplir los objetivos, mantener la motivación y sentir el progreso hacia el logro.
En Enfócate y Logra más te ayudamos a aplicar estas tres reglas a través de un método simple y fácil de aplicar. Experiméntalo.
Mauricio Vargas
Enfócate y Logra Más
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